Publicado en: 12/11/2021
Las sequías en el Pantanal pueden ser la causa de la futura desaparición del bioma, según expertos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). Un año después de los intensos incendios que azotaron la región, el Pantanal aún está lejos de recuperarse de los daños causados por el fuego. En 2021, se registraron más de 2.300 incendios en el Pantanal de Mato Grosso do Sul, lo que indica una media inferior a la del año anterior, pero todavía preocupante.
A pesar de ser una zona húmeda, la historia de los incendios en el Pantanal no es nueva, y se agrava precisamente por las sequías. En 2020, la región experimentó su estación seca más severa y prolongada, y este es uno de los principales factores del aumento de los incendios. A ello se añaden elementos como el bajo nivel de inundación de la zona y los focos de incendio. Como resultado, el Pantanal ha perdido más del 30% de su superficie en incendios sólo este año.
Además de la preocupación más inmediata por los grandes incendios, las sequías traen consigo una preocupación a largo plazo de proporciones aterradoras: la desaparición del bioma. Así lo señala la investigación del Inpe, realizada en colaboración con la Universidade Estadual Paulista (Unesp), con el apoyo de la FAPESP y del Programa de Investigación sobre el Cambio Climático (PFPMCG).
Según el estudio, la falta de lluvias podría provocar un calentamiento de entre 5 °C y 7 °C en el Pantanal para el año 2100, suficiente para tener un efecto extremo en la vida de la región. El hecho de que otros biomas, como el Amazonas y el Cerrado, también sufran una explotación intensiva y deforestación aumenta los riesgos para el Pantanal, que se considera interdependiente de ellos. Según los especialistas, el Amazonas sería el responsable de los ríos voladores que llegan al Pantanal, mientras que el Cerrado sería el origen de las principales cabeceras de los ríos que bañan el Pantanal, seguido también por Amazonia.
Según una cartografía reciente realizada por MapBiomas, el Pantanal ha perdido el 29% de su superficie de agua en los últimos 30 años, con una media de casi el 1% anual entre 1989 y 2020, periodo evaluado por el estudio mediante el análisis de imágenes de satélite. Con ello, el nivel de vulnerabilidad del bioma a los incendios también aumentó. El 57% del territorio ya ha sufrido incendios al menos una vez, lo que representa 86.403 km², según la encuesta.
Las sequías en el Pantanal, al igual que los incendios y tantos otros desastres ambientales, están directamente relacionados con el cambio climático. Además de los miles de vidas que se pierden cada año y las elevadas pérdidas económicas, la pérdida de biodiversidad es otra de las graves consecuencias de los extremos climáticos.
Como señalaron los expertos durante la Live Prosa Pantaneira, celebrada por Synergia en 2020, la variación de las precipitaciones y la humedad en el Pantanal se rige por procesos climáticos – que se producen como consecuencia de las variaciones de temperatura en las superficies de los océanos Pacífico y Atlántico.
Si no se mitiga el cambio climático, el aumento de la temperatura media mundial provocará incendios forestales más frecuentes. En el Pantanal, desde 1980, las temperaturas han aumentado 2 °C y la humedad ha disminuido un 25% de media.
Largos periodos de sequía, lluvias torrenciales, calor extremo, entre otros, son factores que demuestran lo mucho que se ha alterado ya el clima del planeta debido a un desarrollo que no tuvo en cuenta los impactos ambientales y que ahora trae graves consecuencias como consecuencia.
La deforestación, el uso abusivo de los recursos naturales y la contaminación, especialmente la emisión de gases de efecto invernadero, son algunos de los elementos que han contribuido al actual escenario medioambiental y al cambio climático.
Cabe recordar que la gran batalla contra el cambio climático en estos momentos es intentar cumplir el objetivo propuesto por el Acuerdo de París en 2015 de reducir las emisiones de carbono y ayudar a limitar el aumento de la temperatura global en 1,5 °C para 2050 respecto a los niveles industriales. Un objetivo que, además de estar cada vez más lejos de alcanzarse, aún corremos el riesgo de superar el aumento de 2 °C.
La COP26, la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático -celebrada este año en Glasgow, Escocia- trajo como uno de sus temas principales la actualización de los planes realizados por los países participantes en el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Se han puesto en juego nuevas ambiciones y se espera que de ellas se deriven acciones concretas.
El compromiso de los países puede ser decisivo para la consecución de las metas climáticas. Sin embargo, la cooperación de diferentes sectores – de las empresas, los gobiernos y la sociedad – es indispensable para lograr la agenda del cambio climático.
Las decisiones que se tomen hoy, tanto en la COP26 como en otras conferencias importantes para la conservación del medio ambiente y para evitar el cambio climático, pueden ser decisivas para el futuro del planeta, sus biomas y su población, incluido el Pantanal.
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