Publicado en: 16/12/2021
La Educación Ambiental (EA) en el contexto de la concesión de licencias se entiende como una herramienta para la gestión ambiental y, por lo tanto, está dentro del ámbito de la educación no formal. No sigue los parámetros curriculares establecidos por el MEC, pero actúa en consonancia con ellos para una buena implementación de las prácticas pedagógicas de la Educación Ambiental.
Podemos decir que en la Licencia Ambiental existe un área de tensión entre los intereses públicos y privados, lo que hace que este instrumento sea relevante en la Política Ambiental Nacional, especialmente en lo que respecta a la participación y el control social.
En términos metodológicos, se identifican diferentes macrotendencias político-pedagógicas de la Educación Ambiental contemporánea. Según Layrargues (2011), en Brasil podemos clasificar, en líneas generales, la Educación Ambiental en tres vertientes: conservadora, pragmática y crítica. Aunque se sabe que, en realidad, las vertientes no tienen límites tan rígidos.
La conservadora se basa en la valorización de la dimensión afectiva en relación con la naturaleza y en el cambio de los comportamientos individuales en relación con el medio ambiente. La pragmática defiende el desarrollo y el consumo sostenibles, centrándose en los recursos naturales en proceso de agotamiento y aludiendo a la lucha contra los residuos.
Finalmente, la tercera —la crítica— busca la confrontación política de las desigualdades e injusticias ambientales. Igualmente, esta vertiente problematiza las contradicciones del actual modo de producción y su desarrollo económico y político, introduciendo en la sociedad el debate sobre la ciudadanía, la democracia, la participación, la emancipación humana y la transformación social.
Esto último se materializa por medio de leyes de protección ambiental como, por ejemplo, en el caso de la legislación del Estado de Minas Gerais, que en la Deliberación Normativa DN COPAM n.° 238/2020, en su artículo 2, define la Educación Ambiental como:
«un proceso permanente de enseñanza-aprendizaje con enfoque sistémico, que reconoce el conjunto de interrelaciones entre los ámbitos natural, cultural, histórico, social, económico y político, con el propósito de que los grupos sociales involucrados en el emprendimiento adquieran conocimientos, habilidades y actitudes para el empoderamiento y el ejercicio pleno de la ciudadanía». (resaltado añadido por nosotros)
Se puede observar que, en el contexto legal, la EA se presenta como un proceso, es decir, un medio que pretende que los grupos sociales implicados en las empresas ejerzan plenamente su ciudadanía.
El pleno ejercicio de la ciudadanía está estrechamente relacionado con la conciencia de los derechos y deberes por parte de los ciudadanos y está estrechamente vinculado a las luchas para que se cumplan efectivamente, y no solo se garanticen por ley. Uno de los principales objetivos de la educación de un país debe ser preparar a las personas para el pleno ejercicio de la ciudadanía, ya sea en la educación formal o no formal.
Las empresas consultoras, como Synergia, que operan en el mercado de EA por el contexto legal que se da en el ámbito de las licencias ambientales, deben tener presente que el rol que juega el educador ambiental enfatiza su importancia con el trabajo social, que puede contribuir a la gestión de los conflictos de uso y los impactos causados por una empresa, con el objetivo de garantizar:
Mientras que en la educación formal los espacios colectivos de enseñanza-aprendizaje son casi «naturales», asumiendo que las interacciones se producen por el contacto directo entre las personas en las aulas y auditorios, en la educación no formal puede ocurrir tanto en las aulas como en galpones, oficinas, talleres e incluso bajo los árboles o junto a las cocinas de leña.
Más recientemente, se ha hecho imprescindible el uso de tecnologías de interacción a distancia para llevar a cabo las actividades. Así, el uso de herramientas participativas, a través de Internet, permitió no solo superar la barrera de la distancia, sino también, en muchos casos, facilitar algunas interacciones que a veces eran costosas. Esto ha agilizado los procesos y reducido los costos, sin afectar a la calidad de la información. Por el contrario, ha creado formas más eficaces de generar registros y controles, como grabaciones de eventos y plataformas interactivas, adaptables a las metodologías y prácticas pedagógicas presenciales habituales. Sin embargo, estos espacios virtuales de aprendizaje también traen consigo limitaciones que deben ser identificadas y superadas.
En líneas más generales, se puede decir que para lograr la participación activa durante las prácticas pedagógicas de Educación Ambiental, y una educación emancipadora, es necesario conocer la realidad de cada territorio y sus comunidades con el fin de componer un plan de acción para hablar con los problemas identificados que permitan la implementación para ese ecosistema particular, comunidad, situación política, etc.
Por lo tanto, un enfoque metodológico para la consolidación de la educación ambiental integra una estrategia de movilización con el reconocimiento territorial y el compromiso continuo y con la estructuración de diagnósticos participativos, planes de acción para la definición y ejecución de programas y el seguimiento para garantizar mejoras en la promoción de la conservación del medio ambiente y el reconocimiento ético-político del tema.
Existen varias herramientas de aplicación para componer este enfoque metodológico, ya sea presencial o a distancia. Destacamos algunas que fueron utilizados por el equipo de Synergia en sus planteamientos en las comunidades atendidas. Ellas son:
Somos conscientes de las dificultades y los retos a los que se enfrentan los/as educadores/as ambientales en la aplicación de las prácticas pedagógicas de la Educación Ambiental y los Programas de Educación Ambiental en los contextos de concesión de licencias, porque, al mismo tiempo que son consultores, también son ejecutores de las acciones como representantes de las empresas, que también responden a las condiciones de los organismos públicos. Esto impide a menudo que se persiga el carácter emancipador del proceso educativo.
Pero es importante recordar que la Educación Ambiental en este contexto no se debe agotar en sus dimensiones administrativas y técnicas, sino que debe tener en cuenta las relaciones políticas y económicas que sitúan las propias opciones técnicas de los educadores. Por lo tanto, incluso en condiciones limitadas, es aconsejable no distanciarse de tener una posición ética, acordando decisiones con las empresas.
Además, somos conscientes de que la Educación Ambiental, por sí sola, no impulsará el desarrollo sostenible y ni siquiera tiene la ambición de acabar con la desigualdad social. Sin embargo, la EA que creemos practicar dentro de Synergia pretende ser un instrumento de acceso a la información y a la cualificación del conocimiento para que las comunidades y las empresas entiendan su papel en relación con el medio ambiente y comprendan lo fundamental que son los procesos que implican la preservación y restauración de la naturaleza.
*Synergia cuenta con un núcleo de educadores dedicados especialmente a los temas de Educación Social y Ambiental, siempre atentos al desarrollo de nuevos métodos y enfoques que aporten conocimiento y aprendizaje efectivo a nuestros territorios de actuación. El equipo de Núcleo preparó este artículo buscando aclarar a nuestros lectores el contexto y la relevancia de la Educación Ambiental en la sociedad contemporánea.*
El artículo «Las prácticas pedagógicas de la Educación Ambiental y el contexto político metodológico» es el último de una serie de 3 textos producidos por el Núcleo.
Consulte los dos artículos publicados anteriormente:
«Educación ambiental y desafíos contemporáneos»
«Licencias, educación ambiental no formal y el papel de las empresas»