Publicado en: 27/12/2020
El 2020 fue uno de los años más difíciles de la historia del Pantanal, debido a la deforestación y, principalmente, a los incendios forestales.
El territorio, que ya venía sufriendo la intensificación de la deforestación, las quemas ilegales y la disminución del poder de las leyes de protección del medio ambiente, se vio afectado por un número sin precedentes de focos de incendio, que provocaron la destrucción de la fauna y la flora del bioma.
Los incendios no son nada nuevo en el territorio. Cada año, según el seguimiento realizado desde 1998 por el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales (INPE), el Pantanal registra miles de incendios. Pero el importante aumento de la cantidad, el mayor jamás registrado, fue definitivo para que los daños del incendio alcanzaran tales proporciones en 2020.
Otros posibles factores contribuyeron a los daños causados. Los promedios de lluvia del año pasado alcanzaron mínimos históricos. El tiempo también propició la caída de rayos, que, sin lluvia, pueden provocar incendios.
Como resultado, el bioma registró unas cifras aterradoras, con más de 4,5 millones de hectáreas devastadas por el fuego y el 30% de todo el territorio afectado por él. También, han afectado a las comunidades del Pantanal, a los quilombolas y a los pueblos indígenas de la zona, que han perdido el territorio donde viven y del que obtienen su sustento.
Aunque el escenario empieza a mostrar signos de recuperación gracias a las lluvias, los especialistas señalan que estas no son suficientes para la recuperación, ni siquiera parcial, de la fauna y la flora locales, y que la zona tardará hasta 50 años en regenerarse.
Pero, confiar en la lluvia no es suficiente. Es necesario llevar a cabo una serie de medidas que garanticen la reducción de los factores que pueden causar nuevas tragedias ambientales, tanto para el Pantanal como para los demás biomas brasileños.
Para crear acciones que prevengan y enfrenten los cambios en las condiciones climáticas, así como para frenar las quemas ilegales y las conductas irregulares de las empresas, son necesarias acciones que involucren a varios sectores de la sociedad.
Algunas de ellas ya las llevaban a cabo las ONG y el sector privado. Otras están empezando a ser aplicadas por el gobierno de forma más específica para proteger el Pantanal y otros biomas brasileños.
Ante la visibilidad nacional e internacional que ha adquirido la destrucción del Pantanal, el gobierno creó una Comisión Externa para Enfrentar la Quema en los Biomas Brasileños, de la Cámara de Diputados, en septiembre de 2020.
La Comisión ha presentado propuestas legislativas que pueden ayudar a preservar el bioma, como ayudas de emergencia para los habitantes del Pantanal que han visto afectadas sus zonas, la construcción de Fondos de Protección del Bioma (FPB) y proyectos de ley para la protección y el uso sostenible del Pantanal, entre otros.
La otra cara de la ayuda vino principalmente del trabajo directo de los voluntarios, muchos de ellos artistas, y de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que actúan en el territorio, realizando acciones de prevención y restauración de las zonas degradadas, así como de protección, rescate y reinserción de los animales afectados por los incendios.
Un ejemplo de ello es el trabajo realizado por el Instituto Arara Azul, que colabora con acciones contra los incendios y actúa para evitar que el mayor refugio natural de guacamayos azules del país sea destruido por las llamas.
La Asociación Onçafari, que trabaja por el rescate, la rehabilitación y la reinserción de los jaguares y otras especies en lugares seguros de la naturaleza, es también una de las ONG que operan en la zona.
Y aunque no es una ONG, el Laboratorio de Ecología de Intervención (LEI) de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul también destaca por sus proyectos en la zona. Con el apoyo de SOS Pantanal, el Proyecto de Recuperación de Áreas Degradadas se dedica a actividades de diagnóstico para la restauración socioecológica del Pantanal.
El tercer sesgo en la lucha por el bioma proviene de las acciones privadas, a través de campañas de recaudación de fondos para contribuir al trabajo de las ONG en defensa del Pantanal. Además de colaborar económicamente, con cantidades que se aplicarán en el territorio, estas empresas ayudan a concienciar sobre la importancia del trabajo de las ONG y las acciones de preservación.
Este es el caso de la campaña Synergia en Defensa del Pantanal, lanzada en diciembre con una actuación en directo con la cantante Zeca Baleiro y la recaudación de donaciones que tendrá lugar hasta el 31/01 en la página de la campaña.
Hasta el momento, se han podido recaudar unos 40 mil reales, que serán auditados por la organización SOS Pantanal y servirán de apoyo financiero de emergencia para ayudar a las ONG que trabajan en la conservación y defensa del bioma, y que han actuado para recuperarse de los daños causados por los incendios.
Al final de la campaña, toda la recaudación se destinará a las ONG SOS Pantanal, Instituto Arara Azul, Asociación Onçafari y al Proyecto de Recuperación de Áreas Degradadas, de SOS Pantanal con el Laboratorio de Ecología de Intervención (LEI), de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul.
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