Publicado en: 16/11/2021
Contribuir a la generación de trabajo e ingresos para una comunidad, en sí mismo, ya garantizaría un proyecto social de alta inversión en la sociedad, que pretende construir la igualdad social y permite el desarrollo local.
Pero, ¿ha pensado alguna vez en combinar esto con una iniciativa que también podría ayudar a prevenir una situación de emergencia sanitaria?
Esta fue exactamente la solución encontrada por el Proyecto Cruce de Barcarena, implementado en el municipio de Barcarena, en Pará.
Con el objetivo de contribuir con las familias locales, que se encontraban en una situación de vulnerabilidad socioeconómica agravada por la pandemia del covid-19, Synergia Consultoria fue contratada para poner en marcha un proyecto que pudiera brindar este apoyo a la comunidad, generando trabajo, ingresos y, principalmente, una nueva expectativa para las personas involucradas en el proyecto. Además, por supuesto, de un refuerzo en la prevención contra la enfermedad.
La iniciativa, articulada por el Fondo de Sostenibilidad Hidráulica (FSH) junto con la financiación, la ejecución y las asociaciones locales, constaba de dos frentes de acción:
Synergia actuó como socio ejecutor en el Módulo de Confección y Costura, siendo responsable de la gestión técnica del proyecto, del apoyo a la confección y a la costura, con generación de empleo y de ingresos de forma articulada en el territorio.
Pero para entender cómo se presentan estos frentes y orientan la solución aplicada en el proyecto, conozcamos mejor la propia solución aplicada…
Recordemos el plan del Proyecto Cruce: generar trabajo e ingresos para la comunidad de Barcarena (PA). A ello, añadiremos otro reto: hacer frente a la situación creada por la pandemia del covid-19 y el aumento de la vulnerabilidad social en el municipio. Y por último, un objetivo extra: colaborar activamente en la lucha contra la pandemia.
Pero, ¿cómo hacerlo?
La solución encontrada consistió en el desarrollo de un trabajo de muchos pasos, que pudiera colaborar con todas las fases demostradas anteriormente: con el plan, el reto y el objetivo extra.
Así surgió el Proyecto Cruce de Barcarena, centrado en la fabricación, y posterior donación, de 170.000 mascarillas caseras para protegerse del covid-19. En el proyecto participaron 73 costureras, que recibieron formación y cualificación para realizar el trabajo.
Synergia formuló su actuación en el proyecto a partir del concepto de que la dinamización de la economía local es un medio para crear condiciones y establecer alternativas que contribuyan a minimizar los impactos de la pandemia en la renta de la población. Así, apoyó sus acciones e instrumentos en consonancia con la estrategia de desarrollo del programa Todos por el Trabajo, cuyo objetivo es contribuir a las iniciativas de apoyo y fomento del empleo, el trabajo y la renta en Barcarena.
A partir de este trabajo, Synergia se encargó de varias etapas, como la gestión técnica, el apoyo a la costura y la confección, con la generación de empleo y renta, que se produjo de forma articulada en el territorio debido a la integración con la Red Todos por el Trabajo, que reúne a varios segmentos sociales con el objetivo de promover el empleo y la renta en Barcarena. Fue a partir de la Red que se identificaron las costureras y que se organizaron en las asociaciones locales de la comunidad.
Todo el material utilizado en la confección de las máscaras, como telas, adornos y embalajes, se puso a disposición de las costureras. Las mascarillas producidas se distribuyeron gratuitamente entre la población más afectada por la pandemia, según datos de la Secretaría de Salud de Barcarena. Las donaciones se dirigieron a entidades sin ánimo de lucro movilizadas por la Iniciativa Barcarena Sostenible (IBS) – que también cuenta con el apoyo de Synergia.
Además de generar ingresos inmediatos para los profesionales, que recibieron una remuneración por su producción, el proyecto también hizo posible que los participantes adquirieran conocimientos a través de las cualificaciones proporcionadas por el programa de formación. Además, el proyecto también generó ingresos para las tres asociaciones comunitarias que articulaban a los costureros y daban apoyo al trabajo realizado.
Esta cualificación incluía tanto la orientación técnica sobre el corte y la costura como las especificaciones y los requisitos para la producción de las mascarillas no médicas, incluida la orientación con los profesionales de la salud sobre la lucha contra el covid-19.
La capacitación también incluyó conocimientos para las áreas de emprendimiento, negocios y el uso de herramientas digitales orientadas a mejorar la producción local y ampliar el mercado de operación, generando el desarrollo continuo de nuevos productos y la sostenibilidad de los negocios en la región postpandemia.
El Proyecto Cruce ha tenido repercusiones no sólo en la generación de empleo e ingresos y en la prevención del COVID-19, sino que también ha promovido el empoderamiento femenino. Esto podría percibirse tanto a nivel individual como colectivo a partir de los informes sobre la superación personal, la inclusión socioeconómica, el acceso al conocimiento y la valoración del conocimiento local.
El conocimiento en sí mismo es un factor de empoderamiento social y en el proyecto las acciones formativas y los intercambios con el grupo fortalecieron aún más este sentimiento por la percepción de estar referenciado en un colectivo, de poder resignificar la articulación social del trabajo considerando la posibilidad de acciones integradas con el colectivo, compartiendo recursos y conocimientos.
El proyecto promovió un total de 1.232 horas de formación para 120 costureras. Estas horas dedicadas a compartir conocimientos, aprendizajes y experiencias asociadas a la práctica laboral y sus desafíos contribuyeron a la creación de una red de costureras cuyo mantenimiento y fortalecimiento con impacto en el contexto de la confección y la costura en Barcarena debe ser uno de los principales legados del Proyecto.
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