Publicado en: 19/11/2021
El emprendimiento femenino colabora cada vez más para que las mujeres puedan transformar sus realidades y conquistar la soñada libertad financiera. Pero hasta que este sueño se haga realidad, hay muchos obstáculos que pueden llevar a miles de ellos a renunciar a su empeño.
Según datos del informe «Emprendimiento femenino en Brasil«, divulgado por el SEBRAE en 2019, el país tuvo la séptima mayor proporción de mujeres en nuevos negocios a nivel mundial (emprendimientos con menos de 42 meses de existencia). El 48% del total de Microempresarios Individuales (MEIs) del país son mujeres: de los 52 millones, 24 millones son mujeres y 28 millones son hombres.
Las mujeres deciden convertirse en empresarias debido a factores como la flexibilidad de horarios y la búsqueda de realización profesional y libertad financiera.
Aunque el escenario parece prometedor, un examen más detallado de los datos del informe pone de manifiesto la disparidad de género:
Datos del informe Emprendimiento femenino en Brasil, SEBRAE, 2019.
En otras palabras, aunque la participación de las mujeres en la creación de nuevas empresas es más expresiva que la de los hombres, muchas de ellas desisten debido a factores como la falta de apoyo, los prejuicios, la doble jornada de trabajo -ya que la mayoría de ellas son responsables de la dirección de sus hogares, también se encargan de la economía del cuidado.
Además, sólo la falta de confianza y los prejuicios basados en un sistema patriarcal pueden explicar por qué les resulta más difícil obtener un crédito y tienen que pagar tipos más altos, incluso cuando se las considera mejores pagadoras.
El Emprendimiento femenino es una de las principales formas en que una mujer puede escapar de la vulnerabilidad social y alcanzar la autonomía financiera. Tener una fuente de ingresos propia puede ayudar a muchas mujeres a romper el ciclo de la violencia y liberarse de las relaciones abusivas.
La dependencia económica, aún hoy, es señalada como una de las mayores barreras que impiden a miles de mujeres denunciar a los maridos/parejas que las agreden. La violencia patrimonial, que también incluye la restricción de la participación en el presupuesto familiar y la denegación del acceso a los ingresos de la pareja, afecta principalmente a las mujeres negras y de bajos ingresos. A menudo, esta violencia va acompañada de agresiones físicas. Y todas ellas están infradeclaradas debido a la dependencia de la pareja/marido.
La oportunidad y el apoyo para que las mujeres pongan en marcha nuevos negocios, logren reposicionarse en el mercado laboral o desarrollen otras formas de actividad remunerada son esenciales para rescatar a las mujeres de esta situación de violencia.
Según una encuesta realizada por el Instituto Rede Mulher Empreendedora (Red de Mujeres Emprendedoras), el espíritu empresarial ayudó al 48% de las 2.376 mujeres escuchadas durante la encuesta a liberarse de las relaciones abusivas. Además, el espíritu empresarial contribuyó a mejorar la autoestima de estas mujeres, que se sintieron más independientes y seguras.
Incluso para las mujeres que no se encuentran en este tipo de contexto, los programas de fomento del Emprendimiento femenino son importantes para ayudar a reducir las desigualdades. Y pueden lograrse a través de políticas públicas y también de iniciativas privadas que comprendan la importancia de la participación de las mujeres en la sociedad.
Para Synergia, los proyectos de fomento del emprendimiento femenino son de gran importancia, sobre todo si tenemos en cuenta que el fomento de la igualdad forma parte de las buenas prácticas de sostenibilidad, en consecuencia ESG (sigla en inglés para ‘environmental, social and governance’, o ambiental, social y de gobernanza, en español), que la empresa pretende cumplir.
Además, el equipo total de Synergia está formado por el 56% de mujeres, de las cuales el 51% ocupan puestos de liderazgo. Ver cómo las mujeres logran la suficiencia financiera, el desarrollo personal y profesional y la inversión en sus propios negocios a partir de la participación en proyectos diseñados por un equipo con tantas mujeres es un motivo de orgullo para la empresa.
Los dos proyectos más recientes para capacitar a las mujeres y fomentar el Emprendimiento son ejemplos de ello:
El Programa Generación estimuló y apoyó el emprendimiento económico y solidario local a través de la concepción y ejecución de un proyecto de incubación de empresas que despertara los intereses productivos colectivos existentes en el área de influencia del Puerto de Itapoá.
A través del programa, los artesanos y pasteleros de Itapoá (SC) recibieron formación, asesoramiento y desarrollo de la identidad de sus productos, además de aprender gestión empresarial.
El desarrollo del programa permitió a los participantes tener una opción de ingresos durante la pandemia, además de garantizar un aprendizaje que se trasladará al futuro de las empresas locales.
Más información sobre el Programa Generación.
El Proyecto Cruce de Barcarena, en Pará, se centró en la confección, y posterior donación, de 170.000 mascarillas caseras para la protección contra el covid-19 y contó con la participación de 73 costureras de las comunidades locales, que recibieron formación y cualificación para llevar a cabo el trabajo.
Todo el material utilizado en la confección de las máscaras, como telas, adornos y embalajes, se puso a disposición de las costureras. Además de generar ingresos inmediatos para los profesionales, que recibieron una remuneración por su producción, el proyecto también hizo posible que los participantes adquirieran conocimientos a través de las cualificaciones proporcionadas por el programa de formación.
La capacitación también incluyó conocimientos para las áreas de emprendimiento, negocios y el uso de herramientas digitales orientadas a mejorar la producción local y ampliar el mercado de operación, generando el desarrollo continuo de nuevos productos y la sostenibilidad de los negocios en la región post-pandémica.
Más información sobre el Proyecto Cruce de Barcarena.
*Synergia está comprometida con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y cree que todos pueden y deben contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto incluye iniciativas para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y las mujeres.*
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