Publicado en: 26/07/2021
A veces subestimados en la preservación y restauración de los ecosistemas, los manglares desempeñan un papel esencial en el equilibrio medioambiental y en la lucha contra el cambio climático. Por eso, más que nunca, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha hecho hincapié en los beneficios ambientales y económicos de la recuperación de estos ecosistemas.
A través del propuesto Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas (2021 a 2030), la ONU ha apoyado campañas de plantación en países con extensas regiones de manglares, como Pakistán, por ejemplo. El país, que fue el anfitrión oficial del Día Mundial del Medio Ambiente de este año, se ha comprometido a plantar 10.000 millones de árboles en cinco años, especialmente en las regiones de manglares.
El desafío pakistaní, y el cambio que ya se está produciendo en el territorio, también se ha visto en otros países. Recientemente, las comunidades de Nigeria, uno de los mayores territorios de manglares de África, se movilizaron para plantar más de 10.000 plantones y elaborar un plan de gestión comunitaria de sus manglares.
La concienciación sobre la emergencia de restaurar los manglares llegó con la amenaza de las inundaciones. La deforestación, debida a la demanda de madera, ha provocado la devastación de los árboles. La región ha perdido parte de las defensas naturales que ofrecían los manglares, ya que este ecosistema tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de agua, reduciendo el caudal y el riesgo de inundación y actuando como barrera natural contra las inundaciones.
Los dos ejemplos anteriores demuestran la importancia de poner en marcha iniciativas para detener la destrucción, así como de iniciar, lo antes posible, los procesos de recuperación y preservación.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), los manglares son esenciales para el desarrollo y el mantenimiento de la vida de las comunidades de las regiones costeras, siendo una de sus principales fuentes de sustento. Según la Organización, 120 millones de personas de todo el mundo dependen de los manglares para su subsistencia.
Los servicios ecosistémicos de los manglares están valorados en 1.600 millones de dólares al año. Esto incluye el «suministro natural de animales capturados para el consumo humano y la participación en el equilibrio ecológico de las comunidades costeras», según la UNESCO.
La protección contra las catástrofes naturales, como hemos visto antes, también es un punto a favor del ecosistema. Prevenir y mitigar el proceso de erosión costera provocado por las olas y las tormentas ayuda a evitar las inundaciones y las tragedias medioambientales que pueden provocar.
Sin embargo, una de sus funciones más relevantes tiene que ver no sólo con sus beneficios locales, sino con los globales: los manglares son extremadamente importantes en la lucha contra el calentamiento global y, en consecuencia, contra el cambio climático. Con la capacidad de almacenar de 3 a 5 veces más carbono que los bosques tropicales, los manglares ayudan a equilibrar las condiciones naturales del planeta.
Vale la pena recordar que recientemente fue divulgado por la revista científica Nature que la quema y la deforestación han transformado la Amazonia en una fuente de liberación de gases de carbono, emitiendo 0,29 mil millones de toneladas al año más de lo que puede absorber, hecho que sólo demuestra cómo los manglares son más necesarios que nunca para colaborar en el proceso de eliminación de carbono de la atmósfera.
Según estudios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 67% de los manglares del planeta se han perdido o degradado a causa de la agricultura y la acuicultura incontroladas, la tala, el desarrollo costero, la contaminación y el cambio climático.
El resultado es preocupante porque, según el estudio, los manglares son altamente productivos y salvaguardan una gran diversidad, además de las características ya mencionadas, como la capacidad de reducir la cantidad de carbono en la atmósfera y reducir en el 39% las posibilidades de inundaciones anuales.
Por ello, en todo el mundo, los proyectos y los gobiernos se comprometen a proteger y restaurar sus zonas. Reavivan la esperanza de que este valioso ecosistema no cumpla la predicción hecha por la UNESCO de que en los próximos 100 años desaparecerán todos los manglares no protegidos.
Es posible encontrar algunos de estos proyectos en el sitio web de la Global Mangrove Alliance – una alianza mundial para la conservación y restauración de los manglares, con el objetivo de aumentar la superficie mundial de manglares en un 20% de su tamaño actual para 2030.
Brasil se destaca por sus manglares. Desde el 2012, Synergia actúa en la recuperación de ecosistemas costeros amenazados en Brasil, apoyando el equilibrio de las actividades humanas y el desarrollo local con la preservación de los biomas, demostrando que es posible garantizar una relación equilibrada entre comunidades, desarrollo económico y medio ambiente. Conozca un poco de este trabajo a través del estudio de caso Programa de Rescate Etnocultural de las Comunidades Quilombolas.
Según el Atlas de los Manglares de Brasil, lanzado en 2018 por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), el país tiene aproximadamente 14.000 km² de manglares en su costa. La inmensidad del ecosistema lo convierte en el segundo país del mundo en cuanto a manglares.
Entre los datos presentados en el informe del ICMBio, podemos destacar:
Extractos tomados, en su totalidad, del Atlas de los Manglares de Brasil, 2018.
Es importante recordar que el informe del ICMBio fue publicado en 2018, y sigue siendo la principal fuente de información sobre los manglares en Brasil. Sin embargo, desde entonces, el ecosistema ha sufrido repetidas decisiones que debilitan las medidas de conservación de las zonas y favorecen la degradación del ecosistema en el territorio nacional.
Como hemos visto, la preservación del medio ambiente no podrá evitar por sí sola un gran colapso de los sistemas productivos del planeta, y esto incluye a los manglares y a todos los ecosistemas. Según la ONU, los países también deben comprometerse seriamente con la restauración para garantizar la salud del medio ambiente.
Este es el tema de Live «Socio-ambiental en la agenda: soluciones y desafíos de la restauración de los ecosistemas».
La transmisión, que tendrá lugar el 12 de agosto, a las 17:00 horas (hora de Brasilia), contará con la participación de Isabella Salton, Directora Ejecutiva del Instituto Terra, Mario Mantovani, Director de Movilización de la Fundación SOS Mata Atlântica y Maria Albuquerque, fundadora y CEO de Synergia.
En esta reunión, abordaremos las siguientes cuestiones:
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