Publicado en: 19/11/2021
El Día de la Conciencia Negra, instituido en 2011 en el calendario nacional, hace 10 años, sigue abriendo debates, aún tímidos, sobre la lucha contra el racismo en Brasil. En diez años de feriado nacional en honor al líder quilombola Zumbi dos Palmares, la búsqueda de una sociedad más igualitaria no ha terminado.
Tanto en Brasil como en el resto del mundo, los movimientos negros (como Black Lives Matter, Afropunk, Coalición Negra por los Derechos, entre otros) vienen exigiendo cambios sociales, corporativos y constitucionales que garanticen justicia a los crímenes relacionados con el racismo, más seguridad para los hombres y mujeres negros y, principalmente, el derecho a la igualdad en todos los ambientes, ya sea dentro de las empresas, en los eventos, en los medios de comunicación, entre otros.
En octubre de este año, el Supremo Tribunal Federal (STF) decidió, con 8 votos contra 1, que el delito de injurias raciales se equipara al delito de racismo y es imprescriptible, es decir, puede ser juzgado independientemente del momento en que se haya cometido. Esto ofrece a las víctimas la oportunidad de denunciar los delitos sufridos en cualquier momento.
El Atlas de la Violencia 2021, basado en el año 2019, elaborado por el Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA, en español, Instituto de Investigación Económica Aplicada) y el Fórum Brasileiro de Segurança Pública (FBSP, en español, Foro Brasileño de Seguridad Pública), en colaboración con el Instituto Jones dos Santos Neves (IJSN), señala que la probabilidad de que una persona negra sea asesinada es 2 veces mayor que la de una persona no negra. Cuando se analizan las cifras de asesinatos con más detalle, se observa que el 77% de las víctimas son personas de raza negra.
El estudio refuerza que «si consideramos también las cifras absolutas del mismo periodo, se produjo un aumento del 1,6% de los homicidios entre personas de raza negra entre 2009 y 2019, pasando de 33.929 víctimas a 34.446 en el último año, y entre los no negros, en cambio, se redujo un 33% el número absoluto de víctimas, pasando de 15.249 muertos en 2009 a 10.217 en 2019».
A nivel internacional, un año y seis meses después del caso George Floyd, en el que un hombre negro fue asesinado con extrema violencia policial, incluso después de que un policía fuera condenado a 22 años de prisión por el crimen, los/as jóvenes no se sienten seguros/as. Al fin y al cabo, la búsqueda de la justicia ha comenzado cuando luchan por no ser asesinados, porque la condena es una forma de castigo cuando se comete un delito, como el homicidio. Faltan medidas más eficaces para fomentar la lucha contra el racismo en el país.
Si se comparan los datos de violencia nacional con los de la tasa de desempleo, se observa que la población negra es también la más afectada del país. Los hombres y mujeres negros representan el 72,9% de los desempleados en Brasil, de un total de 13,9 millones en esta situación, según datos de la Encuesta Nacional Continua de Hogares (Pnad Contínua) del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que analizó el último trimestre de 2020. En el caso de las mujeres negras, esta cifra es aún más alarmante: la tasa de desempleo entre ellas es del 9,2%, mientras que en el caso de los hombres blancos es del 5,6%.
En un intento por reducir esta desigualdad, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) creó, entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, el ODS10 – Reducción de las Desigualdades, que se centra en la reducción directa e indirecta de las desigualdades. Para lograr este objetivo, Brasil trabaja con la oferta de cursos de formación profesional y técnica. Pero las empresas también pueden poner de su parte.
Como empresa, ¿qué se puede hacer?
La gestión ambiental, social y corporativa, hoy conocida como ESG, que surgió en 2005, ha ayudado en el proceso de concienciación ambiental, social y corporativa de las empresas y puede —y debe— colaborar con la lucha contra el racismo.
Cuando el tema es la desigualdad racial y el racismo, las empresas se han movido para crear comités y squads, con el objetivo de sensibilizar a sus empleados, colaboradores y socios, a través de campañas de endomarketing, conferencias y asociaciones. De este modo, se crea un entorno más igualitario y favorable a la contratación y a las acciones más diversas dentro de la empresa. Una de estas acciones es el Pacto de Equidad Racial, que pretende adoptar acciones afirmativas e inversiones sociales para que las empresas sean agentes de transformación social.
Empresas como EmpregueAfro, Pretos no Job y Afro Presença son ejemplos que han colaborado para que diversas corporaciones centren sus contrataciones en personas de raza negra y combatan el racismo estructural dentro de sus entornos laborales, con un equipo más diverso y consciente, a través de la inserción y el ascenso de los hombres y mujeres negros en el mercado laboral, reduciendo las desigualdades raciales en las esferas económica, cultural, política y social, mediante una participación más activa en la sociedad.
Respecto a la movilidad ascendente, el número de personas de raza negra en puestos de gerencia es del 29%. En los puestos de dirección, la tasa desciende al 14%, pero las cifras son aún más bajas cuando se analiza el porcentaje de afrobrasileños en las juntas directivas: solo el 6%, según el Pacto para la Promoción de la Equidad Racial.
Aunque las empresas exigen un alto nivel de formación a sus empleados/as, el número de personas de raza negra en las universidades del país sigue siendo inferior al de las personas que no son de raza negra.
Un estudio realizado por los economistas de Insper, Sergio Firpo, Michael França y Alysson Portella, señala que la equidad de los estudiantes negros y blancos en las universidades brasileñas solo se producirá en poco más de una década. Esto se debe a que la crisis económica que comenzó en 2014, aún se refleja en la inserción de hombres y mujeres negros en las carreras de educación superior.
En la dirección opuesta al acceso a la educación, la legislatura brasileña, en 2022, reexaminará todo el sistema de cuotas raciales. Según Paulo Paim, senador que presentó el proyecto de revisión, la política de cuotas puede dejar de ser necesaria si el número de estudiantes negros y mestizos en las universidades federales alcanza la proporción dentro de la unidad federal. Esto puede repercutir negativamente cuando se analicen los datos sobre el acceso a la educación en los próximos años.
Con el objetivo de que la educación tenga un impacto en la inserción en el mercado laboral, empresas, como el banco digital Nubank, han creado proyectos en colaboración con escuelas de programación, como AfroPhyton, para enseñar y mejorar los conocimientos de los jóvenes, principalmente negros/as. El objetivo es insertar a estas personas en el mercado a través de los conocimientos transmitidos por la propia empresa. Proyectos como este pretenden aportar diversidad e inclusión a la propia reserva de talento de la empresa.
Apple es una de las empresas que han invertido en educación. A principios de 2021, la empresa invirtió unos 530 millones de reales en un centro de educación tecnológica para hombres y mujeres de raza negra en Atlanta, Estados Unidos.
Como corporación, el principal cambio, y el más urgente, es la inclusión de un cuerpo colaborador más diverso, más negro, que contradiga las estadísticas señaladas. A partir de ahí, los cambios serán efectivos y empezarán a repercutir en toda la sociedad. Si el racismo es estructural, el cambio también debe serlo.
Conozca la Guía Antirracista de Synergia
Synergia, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU, apoya y colabora con todas las medidas para lograr los objetivos de un planeta mejor para todos, incluyendo la Reducción de las Desigualdades (ODS 10).
El Día de la Conciencia Negra forma parte de las acciones internas y externas de la empresa, que desarrolló la Guía Antirracista para: ayudar a combatir el racismo, fomentar el debate sobre temas importantes (como la representatividad, la proporcionalidad y la equidad) y colaborar con una sociedad antirracista.
La Guía Antirracista contribuye a la difusión del conocimiento sobre qué es el racismo, cuáles son los problemas que enfrenta la población negra en Brasil y orienta al lector sobre cómo es posible ser antirracista, aún con las dificultades que impone un país que mantiene un fuerte racismo estructural.
Son 79 páginas de contenido, creadas con mucha investigación, dedicación y esperanza de que esta Guía pueda ser, al menos, un pequeño paso para lograr una sociedad con más oportunidades para la población negra, basada en la equidad, la representación y el cero prejuicio.
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